Me encontraba en otra especie de recuerdo, como cuando Cordelia nos mostró el pasado de los trillizos. Pero esta vez estaba en un hermoso castillo, los sirvientes sonreían y limpiaban los muebles y demás del castillo, llevaban ropas sencillas que contrastaban con el castillo rojo y negro. Algunas de las sirvientas tenían niños en sus brazos y algo que pude notar, ninguno de ellos era humano. Todos poseían pequeños colmillos, digo pequeños porque en comparación con los colmillos de los vampiros son así. Seguí moviéndome por el palacio, una agradable sensación de paz me invadía. De pronto los sirvientes empezaron a correr aun con las sonrisas en sus caras y ahí fue cuando me di cuenta. Por los jardines venia una niña pelirroja con una corona en su cabeza, esta iba charlando con las dos mujeres que iban a su lado haciéndolas reír por los comentarios de la niña.
Una vez que la niña abrió las enormes puertas del salón todos los sirvientes gritaron a la vez "Feliz cumpleaños Hime-sama".
Yo en ese momento me fije en la niña no parecía una princesa, tenia un cabello larguísimo hasta las rodillas pelirrojo el cual estaba muy desordenado, llevaba un suéter gris que le quedaba algo grande y unos pantalones cortos azules junto con unos zapatos marrones, los ojos de la niña brillaban de alegría y la sonrisa en su cara no tardó en presentarse. La pequeña niña de 5 años abrazó a todos los sirvientes con una sonrisa, en mi opinión no parecía una princesa de no ser por a pequeña corona de rubíes que llevaba.
Sirviente: Akarihime-sama es hora de que se prepare, recuerde que quedó con Akane-sama y sus hermanas
Ese era mi nombre ¿acaso esa niña soy yo de pequeña?, sin no tengo ninguna duda, tiene el mismo tatuaje que yo pero ¿donde estoy?
Akarihime p: Claro, no me olvidaría de eso después de todo son mis amigas- dijo sonriendo
Después de que mi antiguo yo abriera todos sus regalos fue a su habitación a cambiarse. Yo sonreí, pensé que no podía recordar por algún suceso traumático o algo pero mi infancia fue realmente feliz. La niña salio con un vestido negro y rojo y yo la seguí, nada más salir se podía ver un hermoso reino lleno de color, los demonios sonreían a la niña mientras pasaba, como si fuera habitual, a veces la niña se paraba a ayudar a gente que lo necesitaba y luego continuaba su marcha. Todos me querían, eso me hizo sonreír ojala todo siguiera así. La escena cambio y ahora me encontraba con un vestido rojo y negro pero más largo y a mi lado había dos personas. El de mi derecha era un hombre de cabello negro y ojos rojos como los que tenia yo y a mi izquierda una mujer de cabellos pelirrojos y ojos verdes. Nos encontrábamos en un pequeño carruaje, el hombre me acariciaba el cabello mientras leía algo con una sonrisa y la mujer me abrazaba con la misma sonrisa.
Akarihime p: Oto-san, Oka-san ¿donde vamos?
Padre A: No te preocupes cariño, vamos a ver ese museo que tanto te gusta...
Madre: ¡Cariño, se supone que era una sorpresa para nuestra hija!
Padre A: ¡L-lo siento darling, se me escapó!- el hombre intentó contentar a la mujer mientras que ella me abrazaba contra su pecho y me reía.
La escena cambió de repente ahora la niña se encontraba con más chicas, dos albinas,dos rubias, otra peliverde, una pelirosa, una pelinegra, otra castaña y la última peliazul. Supuse que las albinas son Shiro y Akane, una de las rubia Yukki, la peliverde Ritsuka y la pelirosa Yuko pero ¿quienes son las demás?
Akarihime p: ¡Oye Saiko, canta nos algo!
La rubia que al parecer se llamaba Saiko se sonrojó y empezó a cantar, es super linda y su voz es angelical, podría ser una idol. Al rato Shiro la acompaño y después Yukki para acabar cantando todas y al final reírse.
????? p: ¡Minna, hagamos una promesa!- dijo la castaña
Shiro: ¿Que tipo de promesa Izumi-san?
Izumi p: ¡Prometamos que siempre estaremos juntas, a pesar de gobernar reinos distintos!
Todas las niñas se miraron y luego se abrazaron, en ese momento la niña que se llamaba Izumi sacó 10 colgantes con una estrella en ellos y le dio uno a cada uno.
La escena volvió a cambiar y esta vez me encontraba yo sola de camino al castillo.
Akarihime p: ¡Oto-san, Oka-san ya llegué!- gritó la niña abriendo la puerta del salón.
Una vez la niña abrió la puerta un olor nauseabundo salió de ella, yo miré todo horrorizada. Los sirvientes que hace un rato estaban sonrientes ahora yacían sin vida y algunos abiertos en canal mostrando sus órganos y distribuyendolos por toda la sala, la niña se quedó mirando todo con los ojos abiertos y luego chilló.
Akarihime p: ¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Oto-san, Oka-san donde estais!
La niña salió corriendo por los pasillos ignorando todos los cuerpos sin vida de los sirvientes y se dirigió a la habitación de sus padres mientras lloraba, la pobre se cayó un par de veces haciendo que su cuerpo se llenara de sangre. Cuando por fin abrió la puerta de su cuarto lo primero que vio fue a un montón de horribles monstruos luchando contra su padre. Los monstruos parecían humanos pero con cualidades demoníacas, la niña volvió a chillar haciendo que los monstruos la miraran y fueran a atacarla, ambos padres intentaron moverse pero las heridas de ambos eran muy graves como para hacer algo. De repente los ojos de la niña empezaron a brillar y le salieron unas alas de la espalda junto con colmillos y cuernos, antes de que los monstruos la atacaran la niña les gritó
Akarihime p: ¡Os ordeno que os matéis entre vosotros hasta no quedar ninguno!
Yo pensé que eso era muy egocéntrico en ese momento pero me sorprendí al ver que esas criaturas siguieron sus ordenes al pie de la letra, cuando no quedó ninguno de ellos mi yo del pasado fue corriendo hacia sus padres ya destransaformada.
Akarihime p: ¡Oto-san, Oka-san, están bien!
Madre A: Mi niña, corre por favor no dejes que te maten también
Padre A: Tienes que ser fuerte ¿me escuchas? Papa y mamá no podrán protegerte más
Akarihime p: ¿Que están diciendo?- dijo mientras lagrimas corrían de sus mejillas
Madre A: Te amamos Akarihime- sonrió.
Antes de que pudiera decir algo más otro de esos bichos apareció el la sala y le arrancó el corazón a mi madre delante de mi llenándome de su sangre, mi padre se levantó como pudo y me llevó a una especie de teletransportador o algo así, la niña estaba en shock mientras lagrimas caían de sus ojos que ahora parecían sin vida. Mi padre me tocó la frente y de ella apareció un destello blanco.
Padre A: Aunque no nos vallas a recordar espero que descubras que te amábamos princesa.
Con esas últimas palabras el monstruo asesino a mi padre y antes de que me atacara me teletransporté y mi cuerpo cayó en un lago donde me desperté. El resto ya me lo conocía. Pensé que no había más y me alivió pero una sombra se posó detrás de mi y me susurró.
????: ¿Crees que eso es todo enana?, No me hagas reír sus torturas comienzan ahora.
La sombra sacó un cuchillo y me apuñaló en el pecho, cerca de mi corazón. Yo empecé a gritar de dolor y justo cuando estaba apunto de desmayarme y volver a la realidad sacó una pistola y me apuntó a la cabeza.
????: Felices sueños, "princesa".
Por suerte justo antes de que me disparara me desperté, estaba de nuevo en mi cuarto pero ya no podía volver a dormir, no con ese tipo ahí. Me fui a la habitación de Ayato y lo llame
Ayato: ¿Que quieres a esta hora Gurasu? ¡Deja dormir a Ore-sama!
Akarihime: A-ayato ¿puedo dormir contigo?- mi voz temblaba y caían lagrimas de mis ojos cosa que Ayato notó y me hizo un sitio en su dama de hierro.
Ayato: ¿Que te ocurre Gurasu?, Ore-sama nunca te había visto llorar así
Le abracé fuertemente y me apoyé en su pecho para olvidar la pesadilla.
Akarihime: N-no te rías ¿vale?, he tenido una pesadilla
Ayato: Ja, realmente eres una niña Gurasu, pero no te preocupes, Ore-sama te protegerá de esas pesadillas
Akarihime: ¿De verdad?- Ayato asintió y yo sonreí- Gracias Ore-sama
Y así me volví a dormir, acurrucada en el pecho de Ayato mientras el tenia sus manos en mi pecho, pero ese contacto me hacia sentir tan segura, que no volví a tener esas pesadillas....
Al menos no hoy...
Sirviente: Akarihime-sama es hora de que se prepare, recuerde que quedó con Akane-sama y sus hermanas
Ese era mi nombre ¿acaso esa niña soy yo de pequeña?, sin no tengo ninguna duda, tiene el mismo tatuaje que yo pero ¿donde estoy?
Akarihime p: Claro, no me olvidaría de eso después de todo son mis amigas- dijo sonriendo
Después de que mi antiguo yo abriera todos sus regalos fue a su habitación a cambiarse. Yo sonreí, pensé que no podía recordar por algún suceso traumático o algo pero mi infancia fue realmente feliz. La niña salio con un vestido negro y rojo y yo la seguí, nada más salir se podía ver un hermoso reino lleno de color, los demonios sonreían a la niña mientras pasaba, como si fuera habitual, a veces la niña se paraba a ayudar a gente que lo necesitaba y luego continuaba su marcha. Todos me querían, eso me hizo sonreír ojala todo siguiera así. La escena cambio y ahora me encontraba con un vestido rojo y negro pero más largo y a mi lado había dos personas. El de mi derecha era un hombre de cabello negro y ojos rojos como los que tenia yo y a mi izquierda una mujer de cabellos pelirrojos y ojos verdes. Nos encontrábamos en un pequeño carruaje, el hombre me acariciaba el cabello mientras leía algo con una sonrisa y la mujer me abrazaba con la misma sonrisa.
Akarihime p: Oto-san, Oka-san ¿donde vamos?
Padre A: No te preocupes cariño, vamos a ver ese museo que tanto te gusta...
Madre: ¡Cariño, se supone que era una sorpresa para nuestra hija!
Padre A: ¡L-lo siento darling, se me escapó!- el hombre intentó contentar a la mujer mientras que ella me abrazaba contra su pecho y me reía.
La escena cambió de repente ahora la niña se encontraba con más chicas, dos albinas,dos rubias, otra peliverde, una pelirosa, una pelinegra, otra castaña y la última peliazul. Supuse que las albinas son Shiro y Akane, una de las rubia Yukki, la peliverde Ritsuka y la pelirosa Yuko pero ¿quienes son las demás?
Akarihime p: ¡Oye Saiko, canta nos algo!
La rubia que al parecer se llamaba Saiko se sonrojó y empezó a cantar, es super linda y su voz es angelical, podría ser una idol. Al rato Shiro la acompaño y después Yukki para acabar cantando todas y al final reírse.
????? p: ¡Minna, hagamos una promesa!- dijo la castaña
Shiro: ¿Que tipo de promesa Izumi-san?
Izumi p: ¡Prometamos que siempre estaremos juntas, a pesar de gobernar reinos distintos!
Todas las niñas se miraron y luego se abrazaron, en ese momento la niña que se llamaba Izumi sacó 10 colgantes con una estrella en ellos y le dio uno a cada uno.
La escena volvió a cambiar y esta vez me encontraba yo sola de camino al castillo.
Akarihime p: ¡Oto-san, Oka-san ya llegué!- gritó la niña abriendo la puerta del salón.
Una vez la niña abrió la puerta un olor nauseabundo salió de ella, yo miré todo horrorizada. Los sirvientes que hace un rato estaban sonrientes ahora yacían sin vida y algunos abiertos en canal mostrando sus órganos y distribuyendolos por toda la sala, la niña se quedó mirando todo con los ojos abiertos y luego chilló.
Akarihime p: ¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Oto-san, Oka-san donde estais!
La niña salió corriendo por los pasillos ignorando todos los cuerpos sin vida de los sirvientes y se dirigió a la habitación de sus padres mientras lloraba, la pobre se cayó un par de veces haciendo que su cuerpo se llenara de sangre. Cuando por fin abrió la puerta de su cuarto lo primero que vio fue a un montón de horribles monstruos luchando contra su padre. Los monstruos parecían humanos pero con cualidades demoníacas, la niña volvió a chillar haciendo que los monstruos la miraran y fueran a atacarla, ambos padres intentaron moverse pero las heridas de ambos eran muy graves como para hacer algo. De repente los ojos de la niña empezaron a brillar y le salieron unas alas de la espalda junto con colmillos y cuernos, antes de que los monstruos la atacaran la niña les gritó
Akarihime p: ¡Os ordeno que os matéis entre vosotros hasta no quedar ninguno!
Yo pensé que eso era muy egocéntrico en ese momento pero me sorprendí al ver que esas criaturas siguieron sus ordenes al pie de la letra, cuando no quedó ninguno de ellos mi yo del pasado fue corriendo hacia sus padres ya destransaformada.
Akarihime p: ¡Oto-san, Oka-san, están bien!
Madre A: Mi niña, corre por favor no dejes que te maten también
Padre A: Tienes que ser fuerte ¿me escuchas? Papa y mamá no podrán protegerte más
Akarihime p: ¿Que están diciendo?- dijo mientras lagrimas corrían de sus mejillas
Madre A: Te amamos Akarihime- sonrió.
Antes de que pudiera decir algo más otro de esos bichos apareció el la sala y le arrancó el corazón a mi madre delante de mi llenándome de su sangre, mi padre se levantó como pudo y me llevó a una especie de teletransportador o algo así, la niña estaba en shock mientras lagrimas caían de sus ojos que ahora parecían sin vida. Mi padre me tocó la frente y de ella apareció un destello blanco.
Padre A: Aunque no nos vallas a recordar espero que descubras que te amábamos princesa.
Con esas últimas palabras el monstruo asesino a mi padre y antes de que me atacara me teletransporté y mi cuerpo cayó en un lago donde me desperté. El resto ya me lo conocía. Pensé que no había más y me alivió pero una sombra se posó detrás de mi y me susurró.
????: ¿Crees que eso es todo enana?, No me hagas reír sus torturas comienzan ahora.
La sombra sacó un cuchillo y me apuñaló en el pecho, cerca de mi corazón. Yo empecé a gritar de dolor y justo cuando estaba apunto de desmayarme y volver a la realidad sacó una pistola y me apuntó a la cabeza.
????: Felices sueños, "princesa".
Por suerte justo antes de que me disparara me desperté, estaba de nuevo en mi cuarto pero ya no podía volver a dormir, no con ese tipo ahí. Me fui a la habitación de Ayato y lo llame
Ayato: ¿Que quieres a esta hora Gurasu? ¡Deja dormir a Ore-sama!
Akarihime: A-ayato ¿puedo dormir contigo?- mi voz temblaba y caían lagrimas de mis ojos cosa que Ayato notó y me hizo un sitio en su dama de hierro.
Ayato: ¿Que te ocurre Gurasu?, Ore-sama nunca te había visto llorar así
Le abracé fuertemente y me apoyé en su pecho para olvidar la pesadilla.
Akarihime: N-no te rías ¿vale?, he tenido una pesadilla
Ayato: Ja, realmente eres una niña Gurasu, pero no te preocupes, Ore-sama te protegerá de esas pesadillas
Akarihime: ¿De verdad?- Ayato asintió y yo sonreí- Gracias Ore-sama
Y así me volví a dormir, acurrucada en el pecho de Ayato mientras el tenia sus manos en mi pecho, pero ese contacto me hacia sentir tan segura, que no volví a tener esas pesadillas....
Al menos no hoy...
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