Shiro Pov
Shu no me llevó a clase sino a la sala de música como era de suponer. Se tumbó en el sofá mientras agarraba con firmeza la cadena de mi cuello pero cerraba los ojos para descansar. Yo estaba sentada en mis rodillas a su lado observandole callada. Después de un rato empecé a aburrirme y como no tenia nada que hacer empecé a acariciar el pelo rizado de Shu. A pesar de que se tensó no abrió los ojos y poco a poco fue relajandose. Yo empecé a cantar suavemente la canción que cantaría en el festival, era algo diferente al estilo de Shu pero era muy bonita, la compuse yo pero los demás también colaboraron. Después de un rato las respiraciones de Shu se tranquilizaron haciéndome saber que estaba dormido, me levanté lentamente y me fui dirigiendo hacia la puerta con cuidado y sin hacer sonar la cadena. Shu y yo no habíamos cenado nada y yo tenia hambre, se que Shu solo necesita mi sangre pero igual le traeré algo. Fui al club de cocina e hice algo rápido, unas patatas bravas. Volví a la sala de música igual de despacio para no perturbar el sueño de Shu pero nada más abrir un poco la puerta, una mano agarró la cadena de mi cuello y me tiró dentro. Sabia que era Shu ya que es "el dueño de la sala de música" así que seguí comiendo tranquilamente.
Shu: ¿Donde has ido?- su voz sonaba más enojada que de costumbre.
Shiro: A por algo de comer ¿Quieres?- dije ofreciéndole parte de mi comida.
Shu: ¿Has ido por el pasillo así vestida?- dijo ignorando completamente mi pregunta.
Yo fruncí un poco el ceño y miré mi atuendo ¿que tenia de malo? era una falda corta blanca con un cinturón azul oscuro con un murciélago negro en el lado derecho, un top escotado con una cruz en el centro y unas botas altas blancas junto con la cadena y las alas. Tampoco estaba tan mal.
Shiro: Si, ¿Por que, ocurre algo malo Shu?- dije ladeando inconscientemente la cabeza.
Shu: Nada, que molesta
Shu se volvió a tumbar en el sillón esta vez con la cadena bien agarrada, yo volví a sentarme en mis rodillas a su lado. Ahora que lo pienso, hace semanas que Shu no ha tomado mi sangre, además no suele comer mucho si sigue así podría enfermarse o algo.
Shiro: Oye Shu, abre la boca
Shu abrió uno de sus ojos y abrió un poco la boca, lo cual aproveche para darle de comer. Cuando ambos nos acabamos todas las patatas, Shu me sentó en su regazo para apoyar su cabeza en mi hombro.
Shu: ¿Por que hiciste eso?, No es como si la comida humana fuera a servir de algo
Shiro: Pero hacia tanto que no comías que pensé que tenias hambre, además no te has quejado.
Shu: Si no hago nada y la comida viene a mi por si sola, no puedo quejarme. Ahora canta la canción nuevamente.
Shiro: Vago- dije sonriendo y empecé a cantar.
Sentí a Shu sonriendo suavemente contra mi piel. Cuando terminé me levanté al igual que Shu para irnos al gimnasio a ensayar antes de la actuación final, pero antes de salir Shu tiró de nuevo de la cadena y me apoyó contra su pecho.
Shu: Ya que eres mi sierva solo por hoy, llámame maestro- dijo robándome un beso bastante largo
Shiro: Hai, master.- le contesté sonriendo
Shu volvió a sonreír perezosamente y esta vez si que nos encaminamos hacia el gimnasio con nuestras manos entrelazadas. Solo queda esperar a la hora de la actuación.
Ritsuka Pov
Reiji me llevó por los pasillos encadenada, me dio bastante vergüenza en especial porque me ha impuesto varias reglas que debo cumplir.
1- Debo llamarle Reiji-sama al menos que quiera recibir un castigo.
2- No debo hablar a menos que él me lo ordene
3- No puedo mirar o hablar con otra persona que no sea él
4- Aparentar "por lo menos" tener algo de modales en publico.
¡¿Quien demonios se cree que es para darme ese tipo de ordenes?!, en cuanto se despiste me tendré que cambiar para el concierto ya que no iba a salir así. Mientras que estaba pensando en como poder salir corriendo, entramos en la biblioteca donde no había nadie pero aun así fuimos a un lugar muy aislado el cual no se puede ver desde la puerta. Me di cuenta un par de segundos después en cuanto él me empezó a ordenar hacer cosas.
Reiji: Humana, hazme una taza de té, y más vale que te salga bien.
Ritsuka: Claro Reiji-sama, solo tengo un inconveniente
Reiji: Dilo antes de que me arrepienta de escucharte.
Ritsuka: ¡No puedo hacerte el maldito té si tengo atadas las manos!, ¡Además no me hables en plan diva, me molesta!
Reiji: No puedes contestar así a tu maestro humana, necesitas un castigo...
Ritsuka: ¡Que!...
Reiji me tiro a su regazo y ato mis brazos a mi cuerpo con la cadena, luego empezó a lamer mi cuello suavemente rozándolo con los colmillos pero sin morderlo. Me estaba poniendo muy nerviosa pero si me movía dolería como el infierno. Si no me rendía y pedía perdón dolería aun más, pero siempre se puede usar un plan B. Me giré hacia él antes de que clavara sus colmillos y le besé. Reiji me correspondió al instante a pesar de haber quedado algo sorprendido por mi movimiento brusco, sus manos desataron las mías y yo pude por fin molerlas libremente. Una vez nos alejamos Reiji me miró con desaprobación.
Reiji: Aunque fueras mi sierva no cambiarías tus modales ni al borde de la muerte.
Ritsuka: Probablemente, piénsalo de esta manera si cambiara mi forma de ser ya no sería yo.
Reiji: No tienes remedio, de todas formas creo que es hora de prepararte para el concierto ¿no crees?
Ritsuka: ¡Oh, si, vamos!
Cogí la mano de Reiji y lo arrastré hacia el gimnasio donde ensayamos antes de salir.
Normal Pov
Unos 15 minutos después toda la escuela se había reunido en el gimnasio para ver al grupo de 3, los Sakamakis y sus novias estaban en primera fila excepto Shu y Reiji que estarían entre bastidores viendo actuar a las suyas. Cuando salieron al escenario los músicos comenzaron a tocar y Shiro empezó a cantar. Nadie excepto sus hermanas, Yuko o Shu la habían escuchado cantar así que cuando empezó todo el mundo se quedó en silencio. Cuando la música se detuvo todo el mundo permaneció en silencio unos instantes antes de ponerse a chillar sobre lo asombroso que había sido.Todos los Sakamakis se dirigieron de nuevo a la mansión, pero en cuanto las chicas fueron a dormir a sus cuartos empezaron sus pesadillas...
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