Me encontraba en otro de esos flasbacks que tuve de Shu, tal vez no vi toda su infancia y Beatrix quiera enseñarme algo más. Aparecí en un lindo castillo blanco lleno de sirvientes de toda clase, quiero decir que había vampiros, demonios, zorros, guerreros, fantasmas y muchos más pero lo que más me sorprendió es que todos se llevaban muy bien y siempre llevaban una sonrisa bastante sincera. Yo empecé a caminar por ese enorme castillo hasta que vi a tres niñas de unos cinco años que estaban caminando y ayudando a algunos de los sirvientes aunque ellos se negaban las pequeñas niñas los ayudaban igual. La primera tenia el pelo albino por los tobillos, ojos azules verdosos y llevaba un vestido bastante escotado verde y blanco, la segunda era algo más baja que las otras dos, tenia el pelo de un color rubio-platino y ojos azules aunque ella llevaba un traje de loli morado y la última tenia el pelo largo albino por los tobillos y ojos azules esta llevaba un vestido de dos partes blancos. Me quedé mirando un rato a la tercera niña ya que era realmente parecida a mi y las otras dos eran como una versión diminuta de mis hermanas. Antes de poder verla más un sirviente se acercó a la niña.
Sirviente: Shiro-sama, Sachiko-sama la espera en su cuarto
Perfecto, tenia razón y estos son mis recuerdos pero no veo nada malo en ellos como para olvidarlos.
Shiro p: Clares-san, gracias por avisarme ¿podrías decirle que enseguida iré?
Sirviente: Claro Shiro-sama y no tiene que darme las gracias, es mi trabajo.
Shiro p: Pero aun así, se que es muy complicado tener que trabajar cuidando a tres molestas mocosas como nosotras, que siempre estamos molestando y siendo unas caprichosas por eso agradezco todo su trabajo- la niña sonrió, no se si estaba más asombrada yo o el sirviente.
Sirviente: ¡Shiro-sama, no son ninguna molestia!, es más me siento honrado de trabajar para unas niñas tan dulces como ustedes.
Shiro p: ¿Es así?- dijo ladeando la cabeza como un perro confundido pero luego sonrió- arigatou, voy a reunirme con Sachiko-chan, si me disculpas Clares-san
La niña se dirigió a sus hermanas y luego se fue corriendo hacia su habitación supongo, yo la seguí y entramos en una habitación amarillo y blanca muy bonita, en la cama estaba tumbada una niña de más o menos mi misma edad de cabellos negros y ojos rojos, llevaba un vestido corto rojo sangre aunque ella no parecía una princesa ya que estaba descalza y algo sucia, como si hubiera estado jugando en el barro.
Shiro p: ¡Sachiko-chan, viniste!
La niña se incorporó justo a tiempo ya que la pequeña albina se lanzó encima suya para abrazarla, en eso ambas se cayeron de espaldas sobre la cama y empezaron a reír.
Sachiko: Claro que vine, baka, eres mi mejor amiga ¿como voy a dejarte sola?, además quería asegurarme de que nadie te retiene para ir a buscar a Akarihime.
Shiro p: ¡Es cierto es el cumple de Akari-chan!
Sachiko: ¿Ves? Y por eso estoy aquí, eres tan tonta para recordar fechas importantes.
La albina hizo un lindo puchero y la pelinegra se rió de ella para luego sacar dos regalos de debajo de la cama. Y se los entregó a la albina.
Shiro p: ¿Que es esto Sachiko-chan?
Sachiko: Uno de los regalos es para ti y otro para que se lo des a Akarihime, así que elige señorita.
La pelinegra le encantaba molestar a la pequeña albina diciéndole eso a pesar de que ella también proviene de una familia adinerada. La albina abrió el regalo que estaba envuelto en papel amarillo y blanco y sacó un hermoso violín blanco y dorado. Igual al que tenia yo y guardaba con tanto aprecio.
Sachiko: ¡Como logras adivinar todo!
Shiro p: ¿Porque no me paso el día en la calle y estudio algo?
Sachiko: Aprenderías más conmigo en el campo que con esos libros, además no te enfermarías y crecerías más.
Es cierto, ahora que me doy cuenta la pelinegra es algo más alta que la niña albina, no mucho solo unos 3 cm pero es bastante notorio.
Shiro p: ¡No es justo soy un par de días mayor que tu! ¡¿Por qué eres más alta que yo entonces?!
Sachiko: Te lo he dicho, señorita eso te pasa por no comer sano.
Shiro p: ¡Si que como sano!
Sachiko: Serias más alta si lo comieras recién cogido y no cocinado con especias y esas mierdas.
Shiro p: ¡Sachiko, no digas eso es de mala educación!
Sachiko: Si si como digas señorita- dijo haciendo un ademán con la mano- Por cierto mira lo que compre para las dos
La pelinegra le dio una especie de sobre blanco a la albina y esta lo abrió encontrándose con un pendiente en forma de ala de ángel blanco muy bonito. La niña lo levanto asombrada y lo puso a la luz mientras que la pelinegra sacó otro idéntico y lo puso a su lado.
Sachiko: ¿Ves? ¡Este será el símbolo de nuestra amistad!
Yo empecé a meter la mano en la camisa que llevaba y saqué un colgante con esa misma forma, ya que la cadena era transparente, no se veía, por eso le tenia tanto aprecio sin saber por qué. Me lo quité de la cadena y lo puse en mi oreja derecha como hice en el pasado mientras que la pelinegra se lo puso en la izquierda.
Sachiko: Así siempre estaremos conectadas por mucho tiempo que pase.
Shiro p: Es hermoso, nunca me lo quitare Sachiko-chan.
Sachiko: Más te vale, porque si lo haces vendré del mismísimo infierno a volver a ponértelo.
La pequeña albina se rió y asintió.
Sachiko: ¿Que clase tienes ahora señorita?
Shiro p: Mmmm, creo que tengo clase de baile y luego una hora de estudio.
Sachiko: Bien, vamos- dijo cogiéndola de la mano y arrastrándola a la ventana.
Shiro p: ¿Sachiko-chan?
Sachiko: Quien mejor que Yuko o Saiko para enseñarte a bailar señorita y así luego podemos estudiar juntas.
Shiro p: Pero tengo que...
Sachiko: ¡Yolo!- dijo saltando por la ventana con la albina en brazos.
La escena volvió a cambiar pero me estaba riendo de tal forma que no me concentré en nada hasta un rato después donde vi a mi mini yo en una especie de estudio rodeada de un montón de libros de todo tipo, solo me dio tiempo a ver algunos; unos de música, historia, ciencia, un montón de lenguas raras de las cuales solo reconocí el japones y el ingles y uno que llamó mi atención que era sobre seres sobrenaturales. Iba a seguir investigando cuando una mujer rubia y de ojos rojos entró en la habitación con una sonrisa en la cara.
????: Shiro, cariño deja de estudiar llevas aquí una hora, si sigues así seras mas lista que tu padre.
Shiro p: Pero mami, si no estudio no podre ser una digna soberana ¿no crees?
Madre S: Cariño, si aprendiste lo básico con 2 años ahora que vas a cumplir 5 en unos días sabes más que la mayoría de gobernantes ¡No quiero que mi niña crezca tan rápido!
La mujer hizo un puchero y empezó a sobar a la pequeña niña que estaba sonriendo.
Shiro p: Esta bieeeeen, pero jugaremos a Hide and Seek
Madre S: Lo que tu quieras mi niña, pero hay que avisar a tus hermanas ¿no crees?
Shiro p: Claro mami, te esperamos en el jardín ¿si?
La madre le dio un beso en la frente y asintió, una vez que la niña se fue apareció un hombre de cabellos blancos y ojos azules entró y besó a la mujer así que supuse que seria mi padre.
Padre S: ¿Conseguiste que dejara de estudiar?
Madre S: ¿Lo dudabas?
Padre S: No, es solo que Shiro es demasiado centrada para ser una niña tan pequeña, debería disfrutar más de la vida como lo hacen sus hermanas.
Madre S: Si, creo que en eso salió a ti, es mi pequeña genio.
El hombre solo se rió entre dientes mientras la mujer salia a jugar con las niñas.
La escena volvió a cambiar pero después de todo lo que he visto no estoy nerviosa, seguramente será otro recuerdo feliz.
Me encontraba otra vez con Sachiko pero esta vez ella estaba rodeada de un aura oscura y tenia unas tijeras en la mano, yo me encontraba a su derecha y tenía los dos ojos rojos con las marcas por todo mi cuerpo mientras las manos salían de mi espalda, lo que más me llamó la atención fue que ambas estábamos cubiertas de una sustancia roja que goteaba por nuestras manos y pelo... sangre.
Sachiko: Ve a buscar a tus padres y a tus hermanas, ya me has ayudado aquí.
Shiro p: Pero aun hay muchos podrían...
Sachiko: Mis padres y la mayor parte de los habitantes están a salvo gracias a nosotras, ve a salvar a los tuyos, en cuanto termine aquí iré a buscarte ¿si?
Shiro p: Entendido.
Me volví a teletransportar mientras que mi versión pequeña aterrizaba con sus alas blancas ahora cubiertas de sangre y se fue a reunir con las otras dos niñas que ya se encontraban mirando todo el caos de dentro.
Akane p: Shiro, Yukki detrás mio.
Ambas niñas asintieron y se adentraron en aquel infierno matando a todos los monstruos que se ponían por delante y ayudando a los supervivientes, pronto llegaron al castillo y corrieron hacia la sala del trono donde se encontraba su madre y su padre peleando contra dos personas encapuchadas y tres monstruos.
Akane p: Shiro deshazte de esas personas, Yukki sujétame a esos bichos mientras los mato- susurro ya que nadie las había visto entrar.
Las dos p: Entendido.
Sin pensarlo mucho la niña se teletransportó detrás de las dos personas que estaban atacando a su madre sin que lo notaran, la madre de la pequeña abrió los ojos con una mirada que decía "Huye, por favor".
Shiro p: Porque ustedes son miserables, necesitan a alguien más miserable que ustedes- dijo la niña captando la atención de los dos hombres los cuales palidecieron al verla.
No me había dado cuenta antes pero la niña tenía un aspecto muy tenebroso y los brazos a su espalda eran transparentes así que se veían un poco con la luz.
Shiro p: Ustedes... ¡Ustedes son los que deberían morir!
Sin saber como los brazos semitransparentes de la niña atravesaron a los hombres y al alejarlos sus cuerpos explotaron en pedazos dejándolo todo lleno de sangre, incluido el rostro de su madre aunque esta no murió, ni siquiera estaba asustada.
Madre S: Shiro, lo hiciste bien cariño, gracias.
La niña sonrió al mismo tiempo que las otras dos niñas llegaban con su padre tambien cubiertas por la sangre que explotó de los tipos.
Padre S: Este lugar ya no es seguro para ustedes mis pequeñas, os mandaremos a un lugar donde estáis más seguras... lejos de nosotros.
Akane p: ¡Pero Oto-san no queremos irnos!- dijo la pequeña con lagrimas en los ojos.
Madre S: Lo se cariño pero es por vuestro bien...
Los padres cargaron a las niñas hasta una sala especial y las dejaron en el centro de una especie de pentagrama, el padre les tocó la frente suavemente haciendo que saliera una luz blanca de ellas y se quedaran dormidas poco a poco.
Madre S: Nunca olvidéis que os amamos mis niñas
Las tres: Nunca os olvidaremos- susurraron las niñas quedándose dormidas
????: ¿Piensas que esto ha terminado enana?
Shiro: ¿Quien eres?
????: Solo te diré que disfrutes del poco tiempo que te queda, destruiré tu vida.... poco a poco
No logré verlo bien pero estoy segura de que era un hombre de mediana edad y no era humano... era un demonio.
Me desperté sobresaltada para encontrar a Shu a mi lado durmiendo, tenía el ceño fruncido y sus brazos apretaban mi cuerpo contra el suyo, yo sonreí en ese momento y me acurruque en su pecho hasta que se relajó y supongo que se despertó un poco ya que puso su cabeza en mis pechos sonrojandome.
Shiro: ¿S-shu?
Shu: Son tan suaves... déjame dormir...
Yo suspiré y le acaricié su rubia cabellera hasta que ambos nos dormimos, no permitiré que destruyan mi vida...
...Lo mataré antes de que eso ocurra...
No hay comentarios:
Publicar un comentario