Después del festival escolar me fui a mi cuarto a dormir y de nuevo estuve en esa especie de lugar en blanco que me llevaría a ver algún recuerdo. Me encontré en medio de un bosque así que suspire y comencé a caminar. Sin embargo al dar un par de pasos divisé un castillo entre los arboles junto con un pueblo. Adentrándome en el pueblo de los arboles descubrí que los arboles eran casas, casas del elfos. Muchos de ellos llevaban ropas verdes que parecían hechas con hojas o cualquier planta, la gran mayoría de ellos eran rubios o castaños, por eso la niña de cabellos verdes destacaba sobre los demás. Ya que Beatrix-sama no había aparecido aún supuse que serian mis recuerdos y aquella e inocente niña de cabellos verdes era yo. El traje de la pequeña era muy similar al de los demás, sin embargo había dos cosas que la hacían fácil de diferenciar; los tatuajes en su cuerpo pertenecientes a la familia real y su cabello verde como los arboles. La niña era bastante seria y apenas sonreía, sin embargo nadie le decía nada y todos la trataban con cariño. Si no recuerdo mal estos seres son llamados elfos y son criaturas de la mitología nórdica y germánica. Originalmente se trataba de una raza menor de la fertilidad y son representados como hombres y mujeres jóvenes, de gran belleza, que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se les consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes de vida. También son conocidos por sus grandes conocimientos de la naturaleza y la magia siendo así de las criaturas más poderosas de la antigüedad.
La niña se detuvo enfrente de un hombre de cabello castaño y le toco el brazo suavemente haciendo que se girara.
Hombre: ¡Ritsuka-hime!¿Que hacéis en el pueblo, acaso venís a ver a vuestra madre?
Ritsuka p: Hai, siento molestarte Astos-san pero no recuerdo donde se encontraba mi madre.- dijo con una voz monótona y sin sentimientos
Hombre: Ningún problema, su madre se encuentra en casa de Elvaan ¿recuerda donde se encontraba?- dijo con una cálida sonrisa.
Ritsuka p: Hai, siento haberte molestado- contestó haciendo una pequeña reverencia y sonrojándose un poco- Arigatou Astos-san.
Hombre: Es mi deber servirla Ritsuka-hime.
La niña asintió y continuo caminando hasta llegar aun lugar y entrar dentro del árbol. Yo entré junto con ella y me sorprendió ver que era un mini bosque dentro del árbol y en especial había una mujer muy hermosa de cabellos cortos verdes oscuros casi negros y un traje verde. La mujer reaccionó al ver a la niña y bajó de una de las ramas donde se situaba para abrazar a la pequeña. La niña la abrazó de vuelta por eso deduje quien era, nuestra madre.
Madre R: Hola mi pequeña princesa, ¿Estas bien?, ¿Donde esta tu padre?
Ritsuka p: Hola Oka-san, estoy bien y padre estaba con Nii-san haciendo el recuento de elfos oscuros de este año.
Madre R: Mm- asintió la mujer- Cada vez es más difícil reconocerlos ¿Que tal tu hermano, no te pega ni nada verdad?
Ritsuka p: No, Nii-san siempre me protege incluso de papa.
Madre R: Cuanto me gustaría traerte conmigo pequeña, pero tu padre no me esta poniendo fácil conseguir tu custodia ¿Aguantaras en ese castillo maldito por mi?
Ritsuka p: Claro que si mama ¿Como están los abuelos, se han recuperado?
Madre R: Están en ello, son muy fuertes.
Ritsuka p: ¿Algún día podré tener hermanos pequeños mama?
Madre R: ¡Claro que si! y podrás demostrarles lo buena hermana mayor que eres, al fin y al cabo, somos inmortales... ¡Ah! Izumi-chan estaba esperándote en el lago, siento no habértelo dicho antes.
Ritsuka p: No importa, mama es muy despistada- dijo haciendo la primera sonrisa en todo este tiempo.
Madre R: ¡Pero me amas!
Ritsuka p: Jeje- se rió suavemente- claro que si mama.
En un momento me teletransporte al lago donde estaba esperando una niña de mi edad de cabellos marrones y ojos ámbar con un traje de ¿genio mágico? creo. En cualquier caso la chica estaba flotando y tenia una cadena en el cuello.
Ritsuka p: Izumi-chan, estoy encantada de verte de nuevo.
La castaña se giró y sonrió. Se tiró encima de la chica y la abrazó.
Ritsuka p: ¿¡Que haces, bájate?!
Izumi: ¡No hasta que sonrías!
La castaña empezó ha hacerle cosquillas a la peliverde mientras esta resistía el impulso de reír.
Izumi: No podrás resistirte mucho tiempo Ritsu-chan fufufu...- dijo con una gran sonrisa mientras continuaba.
De pronto la peliverde no aguantó más y empezó a reír mientras suplicaba a su amiga que parase. Aunque teniendo amigas así ¿quien necesita enemigos?
Ya que la castaña no paraba argumentando que le gustaba oírla reír, la peliverde uso sus poderes para que una rama de un árbol la elevara por los aires.
Izumi: No se vale, quería seguir haciéndote cosquillas- dijo haciendo un puchero.
Ritsuka p: ¿Quien necesita enemigos teniéndote a ti?- dijo sonriendo y ayudándola a bajar.
Izumi: Pero me amas
Ritsuka p: He oído eso varias veces hoy, parece un deja-bu
Izumi: Yo también, por esos siempre seremos la mejores amigas ¿verdad Ritsu-chan?
Ritsuka p: Esta bien.
Sin venir a cuento, la castaña la agarró los pequeños pechos haciéndola chillar y alejarse sonrojada.
Ritsuka p: ¿¡Toste hiciste eso?!
Izumi: Mi forma de demostrarte fidelidad.
Ritsuka p: Pero eso...
Izumi: Mi...- dijo interrumpiéndola
Ritsuka p: ¡Oye!...
Izumi: ...forma
Ritsuka p: Izumi-chan
Izumi: ¡Mi forma dije!
La peliverde soltó un suspiró y asintió.
Ritsuka p: Lo que sea.
Las niñas se abrazaron sonrientes y al rato volví a teletransportarme, me encontraba al lado de un niño de dos o tres años mayor que yo que sostenía mi mano, yo me encontraba soltando lagrimas silenciosas mientras el niño me intentaba consolar.
????: Esta bien Ritsuka-chi, todo estará bien
Ritsuka p: ¡Pero Oka-san y Oto-san están...!
????: Todo estará bien, nii-san te protegerá porque tu quieres que Nii-san te proteja ¿cierto?
La pequeña asintió con la cabeza y eso hizo al hermano sonreír. Ahora que me fijaba en mi hermano mayor era rubio y de ojos verdes como los míos sin embargo había algo en su mirada que me daba miedo y a la vez seguridad.
Ritsuka p: Y-yo confió en mi hermano...
????: ¡Aléjate de ella monstruo!
El chico cambio su expresión y puso una expresión que reflejaba ira. De la nada le pegó un golpe en la cabeza a la niña haciéndola desmayarse y la cargo en sus brazos.
Hermano: ¿Que vas ha hacer ahora, viejo?, ¿vas a intentar salvar a tu única hija o te rendirás ante mi poder?- su sonrisa macabra causaba escalofríos.
Padre R: Tu hermana no tiene la culpa de nada ¿acaso piensas dañarla?- dijo haciendo algo en el suelo sin que el rubio se enterara.- ¿piensas lastimar a la única persona que te ama?, ¿a tu hermanita?
Hermano: Realmente eres tan estúpido- dijo riéndose de una forma siniestra- No voy a matarla, formare un nuevo mundo, junto con ella, mi linda hermanita. Sin embargo tu sobras en mis planes, al igual que todos los demás.
El padre de los niños se acercó a él en un movimiento rápido y lo golpeó haciéndolo caer y soltar a la niña. El señor aprovechó y puso a la peliverde en el símbolo que había realizado haciéndola desaparecer
Hermano: ¡Que la hiciste, devuélvemela!- gritó mientras lo apuñalaba con una espada que sacó de su bolsillo.
Padre R: Nunca volverás a encontrarla... monstruo
Después de esas palabras todo se volvió blanco de nuevo y yo estaba llorando, hasta que sentí a alguien abrazándome
?????: Esta bien, todo estará bien
Ritsuka: ¿Q-quien eres?
?????: No te preocupes, tu hermano cuidara de ti, aunque el viejo te borrara los recuerdos... hermanita
El hombre desapareció y me encontraba sola en mi cuarto de nuevo. Tenia que encontrar a mi hermano, pero algo dentro de mi me decía que era peligroso. Agité mi cabeza intentando dispersar esas ideas y fui al cuarto de Reiji. Para mi suerte el vampiro pelinegro se encontraba durmiendo y yo me dormí junto a él. Aunque se acercó a mi al sentirme. Me dormí pensando que estaba dormido, sin embargo antes de dormirme susurró algo.
Reiji: Mujer indecente, meterte así en la cama de un hombre, tendré que castigarte.
Yo asentí, me daba igual y tenia sueño. Así que me apoyé en su pecho y me dormí, ya tendré tiempo de preocuparme del castigo....
...Y de buscar a mi hermano...
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